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#18 | DICIEMBRE 2018 | Sumario
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El padre modelo
Manuel Zlotnik; Grama Ediciones, 2016
Por José Luis González

En lo que el autor denomina un breve ensayo sobre la pluralización de Los Nombres del Padre -en realidad se trata de los puntos esenciales de su tesis de maestría en Clínica Psicoanalítica- se interna, por así decirlo, en las aguas turbulentas de la cuestión del padre y la función paterna. Hace su travesía y llega a puerto: emerge con lo que se anticipa en el título: su versión del padre modelo. Propia, (la versión del autor) y a la vez, sólidamente fundamentada en la obra freudiana y en la interrogación de los múltiples pliegues del recorrido de J. Lacan sobre el asunto. Propuesta profundamente ambientada en la época, para lo que además abreva en proposiciones de Jacques-Alain Miller y Eric Laurent entre otras producciones trascendentes de los últimos años en el campo del psicoanálisis.

Zlotnik formula como problema inicial que las anticipaciones de J.Lacan sobre la declinación del padre simbólico y el correlato de la pluralización, no solo permitieron iluminar la problemática en torno del padre, sino también sus transformaciones en la actualidad, en las estructuras clínicas, en el avance ilimitado de la tecnociencia-capitalismo y en la pulverización de los ideales que finalmente constituyen lo que conocemos como desorden en lo simbólico.

Si bien a lo largo de la investigación va contestando a las preguntas balizadoras del recorrido como ¿cuál es el origen histórico en la humanidad para que el padre se constituyera en pilar fundamental de la familia patriarcal? o ¿cómo conceptualizan la noción de padre Freud y Lacan?, una pregunta será su brújula: ¿qué quiere decir pluralización de los nombres del padre y cuáles son sus consecuencias?.

Así entonces examina la producción freudiana, la que como sabemos es punto de partida para Lacan (totemismo, la horda, la exogamia, el padre del Edipo). Luego se adentra en Lacan, el Nombre del Padre, las construcciones de los padres de los tiempos del Edipo... la siempre complicada noción de padre real.

Sustentado esto, va más allá con la “declinación del padre” desde el Seminario 6 en adelante para puntuar la emergencia de la nueva noción: los nombres del padre, en un tramo que se sumerge en las fórmulas de las sexuación.

A continuación, avanza por el último período de la enseñanza de Lacan y destaca la noción de Padre modelo, que halla en el Seminario 22 -concepto en tensión con el de excepción- y base de la proposición conclusiva del autor.

Con la época como horizonte, lo cual supone la presencia cenital del objeto con sus implicancias y consecuencias, Zlotnik propone una elaboración de padre-modelo-posible, a la altura de lo que se vive: no puede prescindir del legado lacaniano respecto de las acepciones de la père version (el padre, la mujer causa dedeseo, el amor, los hijos, otros) y el posicionamiento frente a lo real del goce carente de inscripción en lo simbólico. Y como bien dice A. Eidelberg en el Prólogo, sin recurrir tampoco a su represión ni a la significación fálica.

De este modo arriba a la postulación con muchos fundamentos: un padre entonces posible (posible aquí le llamamos también a su condición de singular, de único irreductiblemente) y acorde a los tiempos que corren… (irónicamente) un “modelo”... pero por así decirlo, un “modelo para armar” cada quien.

 

Bullying: Una falsa salida para los adolescentes
José Ramón Ubieto (ed.)
Ramon Almirall, Lourdes Aramburu, Lidia Ramírez, Enric Roldán, Francesc Vilà . Barcelona, 2016 Biblioteca de infancia y juventud.

Por Roxana Cozza

Este libro aborda un tema que existió siempre pero que cobra, en las coordenadas actuales, una intensidad y extensión inusitadas: el acoso escolar hoy llamado bullying, síntoma social que forma parte del malestar de la civilización. Pero ¿Qué hay de nuevo que el fenómeno se intensificó, que sale de la intimidad para expandirse de la mano del empleo de las redes que viralizan los ataques?

Los autores desarrollan en los diferentes capítulos 4 posibles ejes para enmarcar el fenómeno en estos tiempos:

La tesis central que desarrollan ya está presente en el título del libro: “Bullying: una falsa salida para los adolescentes”. Los autores ponen en el centro la relación del adolescente con su cuerpo, surge extrañeza por la ausencia de significación frente a lo real que irrumpe, un nuevo real frente al cual el adolescente se encuentra solo. Frente a esta agitación de esos cuerpos y la débil orientación (con que cuentan en la actualidad) para intentar una respuesta, el bullying aparece como una salida. El cuerpo acosado, humillado golpeado genera la ilusión de dominio sobre el propio cuerpo, calma la angustia del cuerpo de quien lo ejerce. En palabras de los autores: “Manipular el cuerpo del otro bajo sus diversas formas les permite poner a resguardo el suyo”. Al golpearlos golpean los signos de un goce que resulta intolerable. [2]

Algo novedoso es la elaboración colectiva de este texto, que da cuenta de un proceso de trabajo entre varias disciplinas: educación, trabajo social y salud utilizando como herramienta entrevistas individuales y grupales a jóvenes, padres y educadores quienes han tenido alguna experiencia vivida en la temática del acoso escolar.

Los autores han verificado o refrendado sus hipótesis, han intentado responder interrogantes escuchando a los actores implicados, sumado al aporte de la experiencia clínica de algunos de ellos.

Me resultó interesante como presentan el triángulo “agresor-víctima-testigos mudos” destacando la singularidad de cada posición. A pesar de tomar el fenómeno en su generalidad apuntan a ver que se juega en la escena para cada uno. Frente a la victimización generalizada a que empuja la época, los autores abordan el tema sin dejarse “tentar por la inocencia”. Las víctimas, sujetos portadores de lo extraño, la diferencia, rasgo que los hace despertar el odio y la burla no dejan de ser responsabilizados.

En el último segmento de este libro encontramos una reflexión sobre la responsabilidad de los adultos a quienes se adjetiva como “difuminados”, aludiendo a la falta de solidez y de sostén que representan para los púberes, dejándolos muy solos para atravesar el túnel que los lleva a la adultez. Ubican el lugar del adulto (padre, docente, tutor) como aquel sea capaz de acoger ese sufrimiento que el acoso implica, poniendo el cuerpo que perturba al adolescente en el centro de la conversación, acompañarlos a inventarse otras respuestas que vayan al lugar de esta fallida salida. Todo un desafío que implica el pasaje del acto a la palabra. Este tránsito también convoca a los adultos a inventar estrategias que ayuden al pasaje de lo mudo de la pulsión al bien decir que responsabiliza al sujeto devolviéndole la dignidad de hablante ser, se encuentre este en posición de acosador, testigo o víctima.

NOTAS

  1. Ubieto, J.R. (ed) Almirall R., Aramburu L., Ramírez L., Roldán, Vilà F. Bullying. Una falsa salida para los adolescentes.2016, Barcelona, Biblioteca de infancia y juventud, pg. 21
  2. Idem 1, cap. 2.

 

Entre lo dicho y lo escrito. Psicoanálisis & escritura poética
Joseph Attié
Bs. As., Ediciones Asociación Mutual Universitaria Manuel Ugarte, 2018

Por Mónica Lax

En primera persona

“Entre la palabra y la escritura, hay una pregunta que no cesa de obsesionarme”. Así, en primera persona, inicia Joseph Attié el recorrido de este libro. Y atraviesa el texto no sólo su relación con aquello que lo obsesiona sino el camino que emprendió para el trabajo sobre su pregunta. Incluye este relato tramos de su propio análisis con Jacques Lacan, lo cual indica la implicación del autor en su escrito. “Este escrito es, evidentemente, un está escrito, de ahí para toda la vida; un reescrito (récrit), fundado y anudado en infinitas tentativas de hacerlo advenir; una protesta (récrie), es decir, la queja de la verdad: lo que produce sufrimiento y puede producir resistencia; un se escribe (s´écrit), que es propiamente escritura, pero mientras sea trabajo del inconsciente

En la “Formulación de la pregunta” se nos abre la enseñanza sobre el “entre” (“entre lo dicho y lo escrito”) y, podríamos decir, sobre el “entre” psicoanálisis y escritura poética, extraída de su propia experiencia. Conjunciones, disyunciones e intersecciones entre uno y otro campo recorren el libro que está organizado en base a dos recorridos: “Había una vez” y “La vez en que eso fue”.

En el primero se trabaja la homología entre lo que se tiene como obra de arte y lo que se recoge en la experiencia analítica.[1] Partiendo de la pregunta sobre si el sueño escribe, se atraviesan la lengua y el lenguaje; la escritura, la relación entre lo que “está escrito” y el destino; la sublimación, la pulsión y el objeto. ¿Es el sinthome el nuevo nombre de la sublimación?, frente a esta interrogación es que recurre a los poetas (Mallarmé, Ponge). ¿Qué separa lo dicho de lo escrito?, se pregunta Attié para responder con Lacan “una montaña”, que decide escalar. Y cuando se escribe, ¿se toca lo verdadero o lo real? Y aparece una vez más la diferencia entre el neurótico y el escritor-poeta.

Se hace necesario para el autor, un segundo recorrido; indicando la pertinencia de la repetición para intentar fundar un nivel epistemológico.[2] En él, Attié se pregunta por qué alguien elige ser analista y por qué escribir; para avanzar, se retorna entonces, “a las primeras palabras: el amor, la muerte, el saber, el goce”.[3] ¿En qué difieren el analizante y el poeta en relación a estas “primeras palabras”? Aparecen aquí especialmente referencias a Joyce no sin haber pasado por Dostoievski.

¿Puede el psicoanálisis ayudar a la escritura? ¿Sería posible el psicoanálisis sin la poesía? En primera persona, nuevamente, Attié retoma el testimonio de una escritora: “La persona que escribe deja de estar neurótica durante el tiempo de la escritura”. Pero Attié da un paso más y relata que en su elección, “el psicoanálisis como práctica tomó la primacía sobre el poema […] que quedó como un orden de lo posible”.[4] Entonces, ¿quién es poeta? Y explora a partir de allí, el objeto a como escritura y como estilo; la relación del neurótico y del poeta con el objeto, con el significante, con la forma y con lo bello.

Adentrándonos en el último capítulo del segundo recorrido, los temas trabajados resultan más que sugerentes e indican una orientación: “el hacer y el escabel”, “desbaratar el síntoma”, la “práctica de lo indecible” para culminar en el objeto de ambas prácticas y en dos tipos de saber-hacer.

Un párrafo dedicado a la traducción al español: en el Prefacio a la edición castellana, la traductora; Alicia Marta Dellepiane, nos explica diversas razones de la importancia de traducir este libro. Por un lado, considera que un pormenorizado análisis sobre las obras de Mallarmé y Ponge es de gran interés para los lectores latinoamericanos; por otro, el psicoanálisis tiene una tradición fuerte en la Argentina: “La fusión de estas dos prácticas del lenguaje, tan entrañables para nosotros, y el recorrido ̶ minucioso, detallado, riguroso, podríamos agregar en esta reseña ̶ del autor por ellas, justifican esta elección”.[5]

Para terminar, un comentario en primera persona de la traductora que nos indica el desafío que le resultó emprender esta traducción. En esta dirección explica la decisión que tomó, ya que aun cuando la lengua francesa tiene más similitud con el castellano que otras, “la resonancia (réson, neologismo de Francis Ponge) no es la misma; por esa razón (raison), en algunos casos, preferí dejar los fonemas en francés y luego hacer una nota aclaratoria a pie de página. […] sin quitar los términos que permiten escuchar la resonancia”. Los lectores, agradecidos.

NOTAS

  1. Attié cita aquí a Lacan en el Seminario 21.
  2. Attié, J., Entre lo dicho y lo escrito. Psicoanálisis & escritura poética, Bs. As., Ediciones Asociación Mutual Universitaria Manuel Ugarte, 2018, p. 33.
  3. Ibíd., p. 177.
  4. Ibíd., p. 193.
  5. Ibíd., p. 24.