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#18 | DICIEMBRE 2018 | Sumario
Nuevo lector
Una biblioteca “viva”
Mariana Gómez, Responsable de la BOLC

Si Borges soñaba al paraíso como una especie de biblioteca es porque las bibliotecas nos ofrecen aquel delicioso lugar donde suele haber la abundancia, lo diverso y el placer.

Pero las bibliotecas también podrían ser, parafraseando a Umberto Eco, modos de cooperación[1]. Una cooperación mutua, entre texto y lector, donde hay, de un lado, un espacio que se ofrece ordenado y clasificado y, del otro, como lo diría Lacan, un lector que “pone su parte”[2].

Hay bibliotecas y bibliotecas, pero ¿cuáles serían los rasgos de una biblioteca del Campo Freudiano?

Judith Miller nos orienta: las bibliotecas del Campo Freudiano, en su lugar de acción lacaniana, son un eslabón práctico con los aficionados al psicoanálisis y con la opinión ilustrada de cada ciudad. Como la Escuela, nuestras bibliotecas no abren sus puertas tan sólo a especialistas, acogen tanto a los analistas como a los no analistas[3].

Sin embargo, tienen una política de adquisiciones que da prioridad al psicoanálisis. Luego quedan los distintos campos del saber: las referencias, los trabajos que ellas han hecho posibles y también, las investigaciones de las disciplinas afines.

Pero además, nuestras bibliotecas buscan practicar la discusión e instruirse en nuevas fuentes que permiten mantener el Campo Freudiano del lado de las luces. Por ello, las Bibliotecas de la Orientación Lacaniana no pueden contentarse con poner a disposición de los lectores la mayor cantidad de volúmenes, sino que deberán poner empeño en la organización de presentaciones, conferencias, debates y cualquier otra forma de ampliar el terreno de las obras que vayan apareciendo, para “poner así de relieve la lectura que de ellas permite hacer el Campo Freudiano”[4].

En este sentido, el debate es una de las bisagras entre el trabajo en intensión y el trabajo en extensión. Es decir, que el trabajo en extensión y el trabajo en intensión se tocan, sin por ello confundirse, nos decía Judith.

La vigencia de las palabras de Judith Miller nos acompaña cada vez en la apuesta a una biblioteca "viva". Una biblioteca que permita encontrar los modos para que ésta mantenga su valor de polo de consulta y estudio de referencias del psicoanálisis de orientación lacaniana. Al mismo, tiempo, salir a la ciudad para trazar lazos entre la Escuela y el exterior, con los “no analistas”.

 

Inventar con la “aletosfera”

Desde hace un tiempo en nuestras bibliotecas una nueva materialidad viene al lugar del papel. Me refiero a los soportes virtuales de los textos y a las bibliotecas puestas en red.

Miquel Bassols nos pone en la pista para pensar este asunto. En su Editorial de Colofón Nº 16[5], refiriéndose a "La Biblioteca de Babel", de Borges, nos decía: "Pues esa Biblioteca, estimado lector de Colofón, ha empezado a construirse, a tener existencia más allá de la ficción en la que naciera. Y el Campo Freudiano, su red de Bibliotecas reunidas en la Federación Internacional de Bibliotecas (FIB), no podría ser ajeno a su existencia. Se trata de la llamada "Biblioteca Virtual", que empieza a poblar de letras esta aletósfera, como la llama Lacan, que es hoy Internet".

El texto finaliza diciendo: "las perspectivas del uso de internet, del correo electrónico y de las bibliotecas virtuales son así muy amplias y hay mucho por inventar"[6].

Advertimos entonces que en aquella Editorial, hace 21 años, Bassols anunciaba lo que hoy es la puesta en red de las bibliotecas de la EOL; o al revés, esta invención, se inscribe en aquella política. Una política, la de nuestras bibliotecas, que busca a un lector en la subjetividad de esta época, para que también “ponga su parte” en las lecturas y en los debates que permite hacer el Campo Freudiano.

NOTAS

  1. Eco, U. (1981), Lector in fabula. La cooperación interpretativa en el texto narrativo. Barcelona: Lumen.
  2. Lacan, J. (1966) "Obertura de esta recopilación", en Escritos 1, Buenos Aires: Siglo veintiuno.
  3. Miller, J. Acta de Fundación y principios de FIBOL (Federación Internacional de Bibliotecas de la Orientación Lacaniana
  4. Miller, J. Ibídem
  5. Debo este hallazgo a Pablo Moyano, participante de la Comisión de la BOLC.
  6. Bassols, M. Editorial de Colofón, Nº16, Mayo de 1997.