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#16 | NOVIEMBRE 2017 | Sumario
Publicaciones recientes

El Caldero de la Escuela Nueva Serie N° 26
AAVV, Grama, Bs. As., 2017.
Por Leticia Acevedo

En esta ocasión, El Caldero N°26 presenta un número especial dedicado al 50 Aniversario de la "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la escuela".

Se publica la Conferencia pronunciada por Miquel Bassols, "La imposible identificación del analista", dictada en el marco de las XXVI Jornadas anuales de la EOL, "Fantasmas, Ficciones, Mutaciones. El psicoanálisis y sus relaciones con la realidad", el 17 de septiembre de 2017.

También la conferencia de Germán García titulada "Pier Paolo Pasolini: la mano que tiembla", dictada en una noche organizada por el Consejo Estatutario.

Presentamos una serie de entrevistas en las que algunos de los AE de la AMP expresan su lectura singular.

También podrán leer la actualidad de la "Proposición…" abordada por diversos colegas de la EOL.

Ilustra la tapa una obra del artista argentino Luis Felipe Noé, gracias al contacto que nos brindó Paula Iglesias Genta.

 

Revista Lacaniana N° 23 Herejes en la práctica analítica
AAVV, Grama, Bs. As., octubre 2017
Por Elsa Maluenda

Este número de Lacaniana es el cuarto y último de la gestión encabezada por Daniela Fernández, quien le dio un estilo singular que agradezco especialmente.

Quiero recortar cuatro significantes de cada una de las cuatro entregas: padre, racismo, pudor y herejes para destacar una lógica, que al menos para mí, nos regala esta sucesión. Lógica que se podría dividir en dos pares: de la caída del padre a la exacerbación del racismo y de la caída de los velos del pudor a la proliferación de herejes. Ninguna nostalgia por el padre o por un supuesto tiempo mejor se desprende de las páginas de Lacaniana. Se trata de hacer resonar y de enfocar a estos términos desde diversos ángulos para conseguir iluminarlos de un modo novedoso dependiendo de cada autor y de la perspectiva abordada.

En el número que nos ocupa encontramos no sólo a los herejes en la práctica analítica, sino también en campos tan disímiles como el arte, la literatura, el cine, la música. La herejía de Freud fue proseguida por Lacan. Basta señalar, para demostrar qué bien les sienta esta nominación, tan sólo dos referencias que aún hoy escandalizan a algunos (¿o a muchos?). Sostuvo Freud que la histeria no era sólo femenina, los hombres también podían ser histéricos y Lacan profirió una sintética y célebre fórmula: la mujer no existe.

Y al dar vuelta cada página otros nombres propios de herejes nos son develados: Masotta, Aira, Laiseca, Gombrowicz, Flaubert, Copi, Greenaway, Cristian Jure, Almodóvar, Ives Klein, Carpani, Van Gogh.

Y también aquellos que han sido nominados como Analistas de la Escuela (AE) y la creación por J.-A. Miller de la revista Heretics.

Pero ¿cómo definir lo herético? "Lo herético pone en cuestión lo establecido". Es la definición con la que elijo quedarme, la podrán leer en la página 202 y es de Daniel Sánchez. Por su parte, J.-A. Miller en la primera Conferencia de Turín: Elogio de los heréticos dice: "No elegir es no ser hereje. Y los que no eligen son siempre los conservadores, los ortodoxos, los dogmáticos que no necesitan elegir porque tienen el poder. De allí sacaba mi principio, mi principio personal: en el discurso analítico mejor preferir siempre a los que eligen, aún cuando no eligen igual que yo. Los prefiero a los que no eligen".[1] Un bello y preciso modo para definir lo que no es herético.

NOTAS

  1. Miller, J.-A., "Las conferencias de Turín: Elogio de los heréticos", Revista Lacaniana N° 23, Bs. As., Grama, p. 44.

 

El problema de Lacan
AA.VV., Colección Orientación Lacaniana, Grama, Bs. As., 2017.
Por Mónica Lax

¿A qué nos referimos como "el problema de Lacan"? Esta pregunta nos abre un universo dentro de su enseñanza. Como plantea J.-A. Miller en la entrevista que inaugura este volumen "es toda una química" no abandonar conceptos en psicoanálisis sino ver cómo "se conservan, se acumulan, se sedimentan, se estratifican". Y cómo "todo es bueno en Lacan para ser puesto a prueba".

Es así que a lo largo de los tres apartados ̶̶ Clínica y concepto, Dimensiones de la Otra cosa y Significación de sí ̶ J.-A. Miller, L. Gorostiza, S. Salman, G. Stiglitz, F. Mó, M. Torres, F. Naparstek, O. Delgado, F. Vitale, E. Dianno, D. Millas, M. Morao, D. Senderey, P. Moraga y S. M. Ruiz despliegan sus planteos, hipótesis e investigaciones sobre qué considerar "el problema de Lacan":

-cómo los distintos momentos de la enseñanza de Lacan son el producto de una transferencia continua y diacrónica donde el tiempo cuenta,
-cómo la última enseñanza ex-siste a la que no es la última, suelta pero no desanudada,
-de qué se trata el desorden de la juntura íntima del sentimiento de la vida en el sujeto,
-el problema de la formación del analista, el acto analítico y el sinthome, la interpretación…
-la articulación significante y goce,
-el laberinto de las pasiones en la obra de Lacan,
-distintos modos de vivir el fantasma,
-la angustia traumática en relación al goce,
-el Bien, el Mal y el goce,
-la relación imaginario-cuerpo,
-el concepto de verdad,
-las psicosis,
-y más…

Para que ningún "confort intelectual" nos corrompa…

 

Chicas muertas
Selva Almada, Random House, Bs. As., 2014
Por Claudio Spivak

Ricardo Piglia orientaba a pensar acerca de la influencia de la tecnología en la literatura. Con esta orientación explicaba como el grabador había facilitado la introducción de la oralidad del lenguaje en la escritura. El caso extremo lo encontraba en Rulfo, quien recorría México para rescatar las voces de los que no escriben.

La operación de Selva Almada puede incluirse en este movimiento, desde un reverso. En su prosa solo parece escucharse una voz, lo que supone una pobreza estilística. Sin embargo, la suya es la voz que testimonia y rastrea las voces que han sido silenciadas: presta su voz para rescatar lo mudo, las voces de las que ya no están o de las que no pueden hablar.

La autora se embarca en la investigación de tres crímenes ominosos contra jóvenes mujeres. Se trata de asesinatos que se han transformado en casos policiales, en noticias de actualidad, para caer en el olvido y terminar sin justicia.

El motor de la escritura parece ser la identificación: ella también podría haber sido violada, mutilada y/o asesinada. Escribe como sobreviviente.

Para dar cuenta de los hechos, Almada describe el horror en forma desapasionada. No busca asombrar. Así como se describe el paisaje y los cambios climáticos, comunica las vejaciones y los asesinatos. Un ejemplo:

"Estuvo secuestrada varios días, desnuda, atada y amordazada en un lugar que parecía abandonado. Apenas le daban de comer y de beber para mantenerla viva. La violaban cada vez que tenían ganas. La muchacha solo esperaba morirse. (…) Unos meses después se casó con su novio".

Hay en esto un efecto que transmite la convivencia con lo brutal. La crueldad está lejos de ser un acontecimiento o una excepción; ni siquiera es un accidente. Es lo que sucede de variadas formas.

Solo hay un momento épico en el libro. Es el relato de su tía, puesto en su voz, la que escapa del destino de las otras y, en cierto modo, conoce la justicia.

La justicia de Almada es recordar el nombre de cada una. Evita los números, ya sea por la negativa o por la positiva.

Y junto a los nombres quedan las vidas truncadas por la aberrante costumbre.

 

Merca
Loyds, Alto pogo, Bs. As., 2014.
Por Claudio Spivak

Merca es una novela que recorre el aislamiento en diferentes gradaciones. Johnny, su protagonista, pertenece a la aristocracia porteña, de la que obtiene beneficios y desde donde promueve sus encierros. A partir de ese lugar social y sus gracias, acepta con desdén lo que esta destinado al rechazo.

Entre sus habilidades para el aislamiento figuran la ocultación detrás de gafas, el uso de su automóvil, el recurso a un mucamo de ilimitados servicios y, por supuesto, la compañía constante de la cocaína. No hay actividad que no sea antecedida, acompañada y finalizada por gordas rayas de la sustancia.

Si bien la novela transcurre en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, Johnny está bien lejos de ser un flaneur. Sus desplazamientos, a toda velocidad en un BMW X6, son de un punto específico a otro. Arribado al destino, las puertas se abren y le permiten introducirse en los encierros de lo ya conocido o lo verificado por un pequeño número de dealers variopintos. Estos le indican como divertirse, le ofrecen las mujeres, le proponen negocios o simplemente le obsequian lo que se acepta con rechazo y crítica destructiva. El encierro se reduplica en sus constantes visitas al baño o a su auto.

Hay en el protagonista un continuo irse, que se ilustra en una reiterada mención a su adelgazamiento. Acaso esa orientación nos indique el hallazgo más interesante que cosecha la lectura. Se trata de una variación de la anorexia: una fracasada tentativa donde, para no consumir lo que viene del Otro, se lo transforma o se filtra en cocaína, que luego será consumida.

Escrita en tono acelerado y prolijo, la elipsis beneficia al relato. De tal forma se justifica la ausencia de recuerdos y la sucesión de eventos, al tiempo que apresa la lectura y disimula el tedio de la repetición.

La pequeña editorial Alto Pogo, de solapada distribución, se aventuró a la publicación de esta novela. Su autor, por motivos que no sabemos y que posibilita alguna sospecha, firma su producto con seudónimo: Loyds. Se nos informa que es poeta y que esta es su primera novela. Con Merca se introduce en el abreviado mundo de jóvenes narradores, que un matutino ha bautizado como "escritores del reviente argentino".