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#14 | NOVIEMBRE 2016 | Sumario
Reseña Noche del Directorio: Virtualia y Biblioteca
Letras virtuales – Entre las nuevas y viejas tecnologías: herramientas para leer, escribir y pensar
22 de agosto de 2016
Por Silvina Rojas

Letras virtuales fue el título de la Noche del Directorio, organizada por las Comisiones de Virtualia y Biblioteca que tuvo lugar el 22 de agosto pasado. Presentada por Pablo Russo, director de la revista, tuvo como invitada a Paula Sibilia, antropóloga e investigadora, autora de varios libros en los que aborda y piensa nuestra época. Conversó con ella Juan Carlos Indart, psicoanalista de la EOL y la AMP y asesor de la revista y dos miembros de las Comisiones, Juan Mitre de Virtualia y Claudio Spivak de Biblioteca plantearon interrogantes que animaron aún más la conversación.

Paula Sibilia partió de una premisa antropológica que guió su exposición: "Los cuerpos y los modos de ser, las subjetividades, no son ahistóricos y universales", por el contrario, son compatibles con la tecnología de su época. Despliega como desde la Modernidad a la Contemporaneidad pasamos por diferentes tecnologías funcionales a los cuerpos y a los modos de ser que propone cada época. En esa diacronía, un poco esquemáticamente, puede ubicarse un momento de ruptura en las transformaciones socio-históricas ocurridas alrededor delos años 60/70, donde se "vislumbraron modos de vida atravesados por las imágenes, las apariencias se volvieron fundamentales hasta el punto de transformarnos en imágenes".

Lo que se analiza de estas transformaciones son los enormes cambios que producen en la subjetividad. La intimidad es un concepto moderno que, en su definición, debía ser protegida de la mirada ajena, con paredes, llaves, diques morales, el pudor, el decoro.

En las últimas décadas se fue gestando el desplazamiento de lo interior a lo visible, el cuerpo aparece como soporte de lo que se da a ver, el culto a la imagen, su construcción y su administración se vuelven el eje de "todo lo que hacemos".

Esta constelación demanda tecnologías que permiten relacionarnos "mediando" las imágenes. En este sentido se encuentran los "perfiles de las redes sociales", emblemáticos de nuestra época conectada que va en la búsqueda de proyectar la propia imagen. Antes, "las paredes decimonónicas" encapsulaban al sujeto en los diarios íntimos, las cartas… Ahora, las paredes se vuelven flexibles, las redes desconocen la idea de límite temporal y espacial. "Visibles y conectados" configuran modos de ser compatibles con la tecnología actual, aparatos inteligentes, redes, pantallas, cámaras.

"Exhibir la intimidad" en los dispositivos tecnológicos es un "modo performativo de ser y estar en el mundo" en tanto, plantea Sibilia, son modos que se "configuran en función de la mirada de los otros", "siempre hay una mirada para la cual estamos performando". Hubo un pasaje de considerar el interior del sujeto como el lugar de lo auténtico, lo verdadero. Con la cultura de la imagen se supone que se muestra lo que hay, lo que se es, no hay distancia entre el hecho y lo que es. Se trata de otra forma de construir la subjetividad, un modo flexible y múltiple de construirse.

Juan Carlos Indart ubicó "el afán de leer el cambio" en el empuje de entender o hasta prever "un poco para dónde vamos". El discurso analítico, atento a lo que no anda, lo que gira en redondo, ubica lo que no funciona en el "desposeído" de todo vínculo social, posición a la que lleva inevitablemente el modo de producción capitalista. Si partimos de ahí, lo que llamamos "vínculos virtuales" son el "esfuerzo por suplir el fracaso del vínculo social". Lo vemos en la clínica, "no atentos a la novedad" sino, con el valor de un "cierto sostén" cuando no se pueden relacionar cuerpo a cuerpo. El problema para Indart está en el peligro de ruptura de todo vínculo social, y lo que se inventa para sortear algo de eso.

No se trata de progreso, "es la parte más real del humano y su precariedad".

Juan Mitre y Claudio Spivak inclinaron la conversación hacia las palabras y los cuerpos haciendo mención a Guy Debord, quien propone que "el arte de la conversación está muerto y pronto estarán muertos los que saben hablar". Se resalta que "la lógica del espectáculo" es opuesta al diálogo, cuando fallan los discursos se hace difícil la conversación. Del colmo del narcisismo, del show del yo en la exhibición de goces ofrecidos a la cuenta de likes, el diálogo que proponen los objetos tecnológicos anula la enunciación, lo icónico anula la posibilidad de interpretar un decir detrás de lo que se dice.

Y el cuerpo, el culto al cuerpo en realidad, según Sibilia, disfraza que se trata del culto a una imagen rechazando lo que hay de cuerpo en su materialidad.

El cuerpo convocó a las intervenciones de la sala, la referencia de Lacan en la última clase del Seminario Au pire, que nos recordó Ana Ruth Najles, articula que frente a la caída del padre como autoridad, las nuevas religiones del cuerpo fundadas en la fraternidad traen aparejadas las "segregaciones más inesperadas".

Las intervenciones también aportaron lecturas sobre los actuales modos de escribir y de hablar con las tecnologías marcando la forclusión del amor en conjunción con el discurso capitalista, los modos sintomáticos del lazo donde está forcluído el amor.

Lo que resuena, la apuesta, es que –frente a lo virtual, al goce que allí se despliega– el discurso analítico "hace hablar", y propone un hablar encarnado en un cuerpo apostando a un "lazo social inédito".