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#13 | JULIO 2016 | Sumario
Otras Bibliotecas
Por Paula Iglesias Genta

Entrevistamos a Roberto Maier, Director de procesos técnicos de la Biblioteca del Congreso de la Nación, y a Mary Casanova, recepcionista de la Biblioteca Popular Cornelio Saavedra, con la intención de acercarnos a quienes hacen que estos lugares silenciosos, enigmáticos y llenos de pensamientos, cobren vida cada día.

 

Biblioteca del Congreso de la Nación

Esta Biblioteca fue propuesta por las Cámaras reunidas en la provincia de Entre Ríos en 1856. El diputado Lucas González propone y expone los fundamentos de crear una Biblioteca que pueda responder a la demanda institucional del Parlamento, apoyándolo con jurisprudencia nacional e internacional. Recién en 1917 se conforma acorde a la función institucional, bajo el mandato del Presidente José Figueroa Alcorta.

Luego de varios años, en 1973, se abren las puertas al público. Los responsables de entonces habían notado que la demanda de los ciudadanos, más allá de los usuarios habituales, era creciente. Esta demanda pública, el deseo de saber, de leer, de investigar, genera una respuesta institucional que es la apertura y el acceso a sus colecciones.

La entrevista fue en un escritorio lleno de libros y sobre la única mesa había cinco libros abiertos... Con este marco transcurrió la hora de conversación que tuvimos.

Despertó su curiosidad el hecho de que desde el ámbito del psicoanálisis hubiera interés por la Biblioteca. Cuando pude explicarle, empezó a explayarse acerca de su profesión y de los procesos técnicos necesarios que conlleva la nomenclatura de un libro.

"Los formatos de las nuevas tecnologías son nuestro desafío". "Lo que el público, el individuo, hoy desea leer, lo captura; nosotros tenemos que poder hacérselo llegar". "La demanda es insaciable pero de eso se trata, de acceder a la demanda del lector, por eso trabajamos con varias bibliotecas, para poder acceder de manera digitalizada a las bibliografías existentes". "El lector de hoy es increíble, a pesar de la digitalización, cada vez más hay lectores presenciales. ¡Increíble!"

Un tema llevó al otro y nos encontramos con que hoy, el fenómeno de las nuevas tecnologías ha producido cambios en quienes consultan, más específicamente, otro individuo, o como él lo llama, "otro usuario". Y aquí comienza un gran entrecruzamiento que parece ser un nuevo enigma, y dice: "¿Cómo hacés para tener normatizado el catálogo? Hoy está por autor, año y título, pero ¿sabés todo lo que se pierde de leer el usuario por no tener un buscador más específico? ¿Sabés todos los libros que abarcan un tema que podrían enriquecerte y a los que por no estar dentro del circuito del catálogo, en el buscador, no podés acceder? Bueno ese es hoy nuestro desafío..."

Como psicoanalistas, sabemos que esto es así: algo se pierde en la misma búsqueda, encontrando hay y no hay. El entrevistado dice a su modo que es imposible abastecer el constante deseo y empuje al consumo, sin embargo, hay una apuesta a la invención para articular su saber hacer con la llamada "economía informática".

 

Biblioteca Popular Cornelio Saavedra

La que hoy es la Biblioteca Popular Cornelio Saavedra, fue fundada como Sociedad de Fomento en el año 1918 por vecinos de los barrios de Saavedra y Núñez que luchaban por mejorar su comunidad barrial. En 1935 la Sociedad obtiene su reconocimiento por parte de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. En 1945 se incorpora la Biblioteca. En los comienzos, no se contaba con sede propia, se reunían en sus propias casas los vecinos que formaban parte de la Comisión Directiva. En 1974 se realizó un festival en el Cine General Paz y se logró reunir el 50 % del valor de compra de la vieja casona que hoy ocupa la Biblioteca. En octubre de 1976, luego de los trabajos de reacondicionamiento y contando con 3.000 libros, se inaugura la nueva sede.

Mary, así quiso que la llamemos, nos cuenta acerca de la persistencia de un deseo que hace posible que esta Biblioteca se sostenga a través del tiempo: "Estamos acá porque la gente quiere". "El barrio necesita que estemos como nosotros necesitamos de ellos; si los libros no los leen no son, si no hay personas que quieran leer no hay libros". "Esta Biblioteca no solo promueve la lectura sino también infinidad de expresiones artísticas que hoy necesita un barrio". "Estamos al alcance de todos, es para todos y, para el que quiera, acá estamos".

Un espacio sostenido por el deseo de la gente, por el deseo de pertenecer, porque ese "lugar" se sostenga.

Esta Biblioteca sobrevivió inundaciones, robos, estragos económicos, y ahí está más firme que nunca. Cada espacio cultural es un libro que se despliega y responde al deseo de un sujeto que pone su cuerpo en un espacio contenedor.