EntreLibros | Boletín de la Biblioteca de la Escuela de la Orientación Lacaniana EntreLibros
 
 
 
#8
Mayo 2013
 
Sumario
La fuga del sentido
Primera Noche de Biblioteca
Los libros de la buena memoria
Notas sobre la traducción
La mesita de luz
¿Qué se lee en la ciudad?
Nuevas adquisiciones
Actividades de las Bibliotecas
Información práctica
 
Edición 8
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Primera Noche de Biblioteca

 

Presentación de La fuga del sentido de Jacques-Alain Miller
Silvia Elena Tendlarz

El curso La fuga del sentido dictado por Jacques-Alain Miller durante los años 1995-96 marca un giro fundamental en los cursos y la enseñanza de Miller.
Lo dice él mismo: "Pero mi idea, este año, es más bien ubicarme mucho más cerca del final de la enseñanza de Lacan…". Desde allí se interesa por examinar el tema de la interpretación que se vuelve, dice, "uno de los conceptos más problemáticos" a partir de que el goce se instala en la experiencia analítica.
Sin duda se trata de un curso sobre la interpretación, pero, también es, a mi entender, una lectura renovada del Seminario 20 y de las consecuencias teóricas y clínicas que se desprenden de este seminario, que hace que desde el inicio se ponga el acento no en el sentido que permanece, como en el primer Lacan, sino en el que se fuga. No se trata ya de la verdad como sentido sino de su fuga que finalmente conducirá a Lacan a abordar el tema de lo real.
Para argumentarlo, Miller dicta sus célebres clases publicadas ya en la revista La Cause freudienne y en el libro Lo real y el sentido, en la Colección Diva, en las que da cuenta de la modificación por parte de Lacan de lo simbólico a partir de que no se trata ya de un querer decir sino de un querer gozar, y que se desplaza el acento puesto hasta entonces por parte de Lacan del lenguaje hacia lalengua, de la palabra a la apalabra, y de la letra a lo que retoma con el nombre del texto de Lacan Lituraterre.
Durante esos años, 1995-96, y en consonancia con las Jornadas de la ECF sobre la interpretación analítica, Jacques-Alain Miller introduce el concepto del "inconsciente-intérprete". No se trata de abordar a la interpretación solo del lado del analista sino también del lado del inconsciente dado que el inconsciente mismo se ocupa de interpretar a través de su continua producción de sentido. De esta manera, el inconsciente y la interpretación forman parte de un mismo sistema de significación.
Este planteo es contemporáneo a la conferencia que dicta en Buenos Aires titulada "Adiós al significante", publicada en las Conferencias Porteñas, y a su intervención durante las Jornadas de la ECF de París que lleva el título "El revés de la interpretación".
No obstante, esto conlleva una paradoja: el inconsciente interpreta pero quiere a su vez ser interpretado en el incesante trabajo de ciframiento del inconsciente. El inconsciente interpreta y, al hacerlo, goza, por lo que queda en suspenso cuál es la interpretación que debe incluirse en este contexto, cómo se pone un límite a este gozar del inconsciente.
Jacques-Alain Miller se lo plantea de distintas maneras a lo largo del curso. "¿Qué es una interpretación de orden analítico, si el correlato de la interpretación no es el lenguaje sino lalengua?" (p. 131). "La interpretación se vuelve tan difícil de precisar en el nivel de la lengua porque desaparece la finalidad de la comunicación" (p.133). "¿Qué podemos hacer de la interpretación cuando el goce habla?" (p.154). O también, se pregunta cómo buscar una interpretación que apunte a lo real (p. 262).
Las respuestas a estos problemas Miller los vuelve a abordar unos 13 años después con el curso Sutilezas analíticas (2008-2009), en el que retoma la interpretación desde la última enseñanza de Lacan. Ya no se trata de cómo situar la sustitución de sentidos sino de hacer vibrar el goce.
La solidaridad inicial entre inconsciente e interpretación vacila en la medida en que Miller desarrolla en sus cursos la diferencia entre el inconsciente real y el inconsciente transferencial. El inconsciente transferencial se construye en el análisis, en cambio, el inconsciente real no se deja interpretar, es el lugar del goce opaco al sentido y que queda por fuera del inconsciente intérprete.
Esta dupla de cursos, La fuga del sentido y Sutilezas analíticas, fue para mí una clara orientación en torno al tema de la interpretación y las dificultades que se presenta en la clínica. Al leerlos juntos se puede descubrir el diálogo que se instaura entre los textos y cómo uno con otro logran dar una orientación renovada en torno a la interpretación.
Pero hay que considerar, por otra parte, otros desarrollos que permiten dar una orientación renovada a la clínica que pude captar al volver a leer el curso durante el establecimiento del texto.
Durante las tres clases que Miller desarrolla las modificaciones simbólicas en relación al goce en el Seminario 20, pone en cuestión la relación entre el sujeto y el Otro. Tres clases del curso se ocupan de examinar el autismo de goce que conlleva un cambio de perspectiva: no se trata ya de cómo se incluye el sujeto en el Otro, sino de interrogar de dónde viene el Otro para un sujeto. Es más, el nexo entre el sujeto y el Otro se vuelve problemático a partir del Seminario 20 y Miller explica cuidadosamente su antinomia.
Estas clases, incluidas dentro de un desarrollo más amplio, me fueron útiles para explorar el autismo, por un lado, y, por otra parte, el lazo social según Lacan, polos por los que transita el sujeto, temas que focalizaban mi interés durante el transcurso del año 2012.
Pero el autismo de goce de todo parlêtre no se confunde con el autismo como funcionamiento subjetivo, aunque confluyan en el interrogante acerca de cómo adviene la relación del sujeto con el Otro y qué sucede cuando no se instaura ese lazo.
Retomé esas clases en mi propio curso del Departamento de autismo y psicosis en la infancia del ICBA y, al hacerlo, aprendí algo más que me enseñó el curso que me permitió dar un paso más en la formalización y abordaje del tema.
También aquí podemos ver cómo el tema sigue su desarrollo dos años después, en el curso El partenaire síntoma, explícitamente dicho por Miller, y que da nuevos pasos en este desarrollo que seguirán siendo claves en sus clases de los años ulteriores.
Creo que este texto es un instrumento fundamental para la captación de la experiencia analítica, es un verdadero punto de partida de las elaboraciones de Miller en los años ulteriores, y que su lectura, como la estructura del chiste que es evocada al final del curso, no deja de sorprendernos una y otra vez.

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