EntreLibros | Boletín de la Biblioteca de la Escuela de la Orientación Lacaniana EntreLibros
 
 
 
#7
Octubre 2012
 
Sumario
El Seminario 19 ...o peor y Hablo a las paredes
Segunda Noche de Biblioteca
Los libros de la buena memoria
Notas sobre la traducción
La mesita de luz
¿Qué se lee en la ciudad?
Eventos
Nuevas adquisiciones
Actividades de las Bibliotecas
Información práctica
 
Edición 7
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Eventos

 

"¿Esto matará eso?"
Mónica Wons

Es un placer compartir esta mesa con mis colegas Alejandra Glaze y Silvia Tendlarz, con mi compañero de Directorio Manuel Zlotnik, y con todos ustedes, porque entre otras cosas, seguramente compartimos cierto gusto por los libros. Y como estoy aquí no solo como psicoanalista de la Eol, sino también como Secretaria de su Biblioteca, quería compartir algunas ideas sobre un debate muy actual, de nuestra época, que toca de lleno al objeto libro, y que por supuesto incluye el libro en psicoanálisis. Es un tema que hemos conversado con la comisión, es un tema que nos importa, y voy a referirme a una pequeña anécdota para entrar en él.
Hace ya varios meses, cuando iniciaba esta gestión, conversaba con unos amigos que no pertenecen al mundo psi pero que están muy conectados con los libros, conversábamos sobre bibliotecas, intercambiábamos experiencias, y uno de ellos muy adepto a los objetos tecnológicos, me explicaba muy fervorosamente sobre los beneficios y ventajas de explotar más y más el campo que ofrece internet y en general, el mundo cibernético. Me explicaba las ventajas de los C.D rom, de los e-books (significantes poco familiares para mí) y me comentaba cómo cada vez, se hacía necesario servirse de las herramientas que ofrece la computadora. Por ej., las ventajas de contar con libros virtuales, lo que facilitaría para muchos de los usuarios de la biblioteca un acceso rápido, cómodo, de más y más ejemplares en menos tiempo. Y en esa línea, la necesidad de que las bibliotecas se inscriban en redes globales que almacenan más y más libros, virtuales, para más y más lectores, virtuales también. Sin tomar partido por una u otra modalidad (virtual o material) de la presencia del objeto libro, pues por ej., este debate nos confronta con el problema de los espacios físicos, un real propio de nuestros tiempos, debo reconocer que comencé a sentir cierta inquietud. Pensaba que extremando un poco la sugerencia de mi amigo, la biblioteca podría correr el riesgo de transformarse en un cyber-café.
Sin embargo hoy, aquí, esta pequeña anécdota me permite retomar el debate, abierto desde hace ya muchos años, que podría resumir en el título de esta presentación, "¿Esto matará eso?" Les debo a mis amigos y colegas G. Arenas y A. Daumas el haberme recordado el libro de Umberto Eco, "El futuro de los libros" que tiene por subtítulo esta famosa frase: "¿Esto matará eso?". Es la frase que Víctor Hugo, en el famoso libro Notre- Dame de Paris, le hace decir al diácono de la catedral, cuando compara un libro con su bella catedral: ceci tuera ça: El libro matará la arquitectura. (Es un tema que reencontrarán en otras alocuciones de Eco, en el Discurso de inauguración de la nueva Biblioteca de Alejandría, 2003 que pueden encontrar en internet; y que retoma en este libro también, "Nadie acabará con los libros", 2010).
U. Eco reflexiona sobre este debate, muy actual y como vemos, profundamente antiguo, que pone en el centro de la cuestión en esta oportunidad, el futuro del libro impreso frente al avance de las nuevas tecnologías, así como entonces se trataba del contrapunto entre arquitectura – imprenta. Y su posición sostiene, que nada acabará con nada, que en todo caso se trata de verificar los efectos de transformación que sufren los objetos en cuestión. Lo dice muy bellamente aquí, en "Nadie acabará con los libros" : "Las variaciones en torno al objeto libro no han modificado su función, ni su sintaxis desde hace más de quinientos años. El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez que se han inventado, no se puede hacer nada mejor. No se puede hacer una cuchara mejor que una cuchara. …El libro ha superado sus pruebas y no se ve cómo podríamos hacer nada mejor para desempeñar esa misma función. Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel. Pero seguirá siendo lo que es."
Este punto me parece crucial, porque está profundamente conectado con nuestros propios debates, me refiero a los del campo del psicoanálisis, respecto de cómo el avance de la ciencia, de la tecnología en éste caso, incide y transforma la subjetividad de la época. En particular, respecto de lo que Eco plantea sobre la relación con el objeto libro, y que podemos generalizar como la relación con el objeto. Retoma también en este debate, las ventajas y desventajas, los pro y los contra entre el soporte material (libro), y el soporte virtual (computadora). Sin duda para nosotros, psicoanalistas, hay un soporte mucho más real, insoslayable, que yo llamaría el soporte libidinal, que como nos enseña Freud, hace que ciertos objetos (incluidos los cuerpos, por supuesto) sean especialmente libidinizados, a partir de cierta relación de goce, es decir, de cierto impacto singular en nuestro cuerpo, que produce una satisfacción. Aquello que el psicoanálisis nos enseña es que esos objetos reales se montan sobre un agujero, es decir que, en la medida en que la relación con la satisfacción está profundamente trastocada para quienes somos seres de lenguaje, el lazo libidinal a un objeto suple la ausencia de relación natural con los objetos. Y lo que llamamos objeto de goce, tiene 2 caras: es causa del deseo (inscribe, designa la pérdida del goce en el cuerpo para el sujeto que habla), y también es un plus de gozar (una positividad, el tapón que recupera y colma ese agujero del goce en el campo del Otro).
Y nuestra época es la época de los gadgets, como nos anticipara Lacan, y que J.- A. Miller define como la época de la producción acelerada del objeto a como plus de gozar, como tapón, como "tapa agujeros", que incluso produce cierta relación adictiva con esos objetos, por ej., la computadora.
Esta relación a los objetos en nuestra época trastoca profundamente los modos de gozar. En un mundo "líquido", como decía Bauman, donde la virtualidad es un "lazo" corriente, la solidez de los lazos parece correr riesgo. Al menos verificamos su transformación.

En mi opinión, no se trata de transformar el debate en una especie de cruzada a conquistar, la de si esto matará aquello, se trata de entender las transformaciones que "esto" opera sobre "aquello".
No hay soporte material sin soporte libidinal. La presencia real, (del libro, del analista) da cuerpo a la posibilidad de lazos, epistémicos, amorosos, de goce. La presencia del libro en general, y del libro de psicoanálisis en particular, es el soporte material necesario para que un encuentro libidinal sea posible, sobre todo, fuera de nuestro mundo psi.
Resulta difícil imaginar las marcas en el texto, planteadas desde una computadora. ¿Cómo reemplazar esos trazos, tan singulares, tan propios, en una computadora? Sin embargo, ¿cómo afirmarlo con certeza? Porque, por otra parte, ¿por qué todos deberíamos tener una relación de necesidad, de goce, con el mismo objeto?

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(Director de la EOL)

Dirección Editorial
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(Secretaria de Biblioteca)

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